La fiebre de impulsos interiores, creación infinita de pasos intrincados en el saber de la alta dimensión
se podrá encontrará la salida. Ciencias del espíritu; las supremas victorias del alma son tales que las excelencias esta en
su cenit y hasta él más pequeño de los esclavos del materialismo salvaje tendrán oportunidad de salvarse.
El fervor dialéctico cuyos principios viriles se va confiriendo en la defensa del honor, la enorme
importancia de ser veraz, la elevación de principios producidos por la vocación de servicio lucha contra todo tipo de desviación
moral –corrupción, hipocresías, compo-nendas, etc.; busquemos en nuestra venerable patria a un Mensajero de Paz y Concordia,
separados de prejuicios e ideologías, tenemos uno de los mas grandes e importantes del mundo a Adolfo Pérez Esquivel premio
Nóbel de la Paz, antecedentes de enorme valor, clara visión mundial del humanismo, filósofo, despliega una “gracia”
poco común es de una gran humildad, participó en conflictos de magnitud como la guerra fronteriza entre Perú-Ecuador, viaja
continuamente a continentes con gravísimos dramas, lucho con to-das sus fuerzas y lo sigue haciendo al lado de los indígenas,
consiguió parte de las tierras patagónicas para los nativos demostrando que fueron tierras de sus ancestros, estuvo preso
durante el período militar padeciendo todo tipo de vejámenes, respetado en el mundo entero por su equilibrio, dice verdades
que a muchos duelen pero no calla ante nadie ni busca beneficios de ninguna índole, su currículo deben ser mas de un libro.
No voy e realizar una biografía estando por demás acreditado por recibir la distinción máxima que
cualquier ser humano puede aspirar, ser premiado por favorecer la paz; ese honor tiene nuestra Nación Argentina su capacidad
y experiencia el aporte franco y equilibrado que pocos poseen. Está mas allá de cualquier especulación, nada le atrae mas
que ser útil al género humano respetando la condición del tal. Conduce los graves problemas penetrando en la esencia del dilema,
y desde allí sugiere; nunca ordena es el Mensajero de la Paz, sin duda alguna.
Esta proposición me recuerda la excelsitud espiritual de Sócrates bebiendo la copa de veneno que
le presentaba el verdugo, porque consideraba que la muerte lo libraba del engaño de los sentidos que le proporcionaría el
contemplar en su pura esencia la verdad de las cosas.
No puede existir divorcio entre pensamiento y acción, mientras la sociedad y el hombre se enfrentan
con la crisis de valores mas profunda, es posible que la acción haya perdido el contacto directo con las realidades de la
vida de los pueblos. En la actualidad se gobierna no por un plan coordinado y estratégico sino por improvisaciones continuas,
análisis superficiales, discusiones sobre temas secundarios, son las que siembran un gran desconcierto.
Cuando el estadista se encuentra revestido por una sólida preparación, habla con la verdad, solo
puede discutir detalles de los grandes temas nacionales, e internacionales porque quienes acompañan están regidos por idénticos
ideales, perfiles comunes y amor verdadero por los más humildes que suelen ser siempre la amplia mayoría, atados hoy al puntero
de turno que les entrega los planes para que puedan subsistir, este llamado clientelismo político es deshonroso encontrar
a hombres que quieren trabajar y ganar su sustento con el sudor de su rostro tener que mendigar perdiendo su dignidad en manos
de burdos “mayor-domos de estancia”.
Preclaros hombres han tratado de advertir cual es el peligro cuando el hambre penetra en una familia;
es muy difícil bajar los decibeles cuando la indigencia perforó los límites del cuerpo, ya no se frena con palabras ni promesas,
solo la practicidad del cumplimiento, la realidad de lo pactado devolverá al pueblo la esperanza perdida.